Una de las principales vías de transmisión de coronavirus, es a través de las gotículas respiratorias que expulsamos al hablar, cantar, toser o estornudar.
Aunque todavía se investiga al respecto, sabemos que el virus también se puede transmitir a través de personas que no presentan síntomas, lo cual significa que algunas personas pueden ser contagiosas sin darse cuenta.
Las mascarillas ayudan a frenar la transmisión del virus de la COVID-19. La práctica de llevar una mascarilla para reducir la transmisión de gérmenes tiene una larga historia en algunos países.
Una pregunta recurrente entre la población, es si el uso de mascarillas puede dejar pasar virus vivos a través de ellos. A la par, se ha dicho mucho sobre el uso de mascarillas: que causan déficit de oxígeno, que la gente respira su propio CO2, que pueden generar infecciones o causan neumonía.
Sin embargo, se recomienda combinar las estrategias de control para la prevención a fin de reducir la transmisión de los virus. Para realizar pruebas sobre el equipo de protección personal, no se requiere que todas las máscaras de procedimiento, máscaras médicas y respiradores (también denominadas «máscaras») que sigan las normas reglamentarias europeas y / o americanas se prueban contra virus vivos, sino solo contra partículas sólidas (por ejemplo: partículas de sal) o contra las bacterias (que son aproximadamente 100 veces más grandes que los virus).
El ajuste de la mascarilla es importante porque involucra varios aspectos importantes:
Sellado: Un buen ajuste significa que el respirador se sellará contra su piel. Un respirador solo funcionará cuando el aire pasa a través del filtro. El aire tomará el camino de menor resistencia, de modo que si el sellado no está allí, el aire recirculará en lugar de salir a través del respirador y por lo tanto, disminuirá la protección.
Compatibilidad: El uso de más equipo de protección personal como lentes o caretas, pueden competir con el espacio en la cara del usuario, lo que puede provocar que la persona se toque la cara con mayor frecuencia y pueda vulnerar la protección que el equipo le otorga.
Estabilidad: Cuanto mejor se ajuste una mascarilla, es más probable que esté estable sobre la cara del usuario. La prueba de ajuste determina la capacidad del respirador para retener su sellado cuando la persona está en movimiento. Es por eso que a los sujetos de prueba se les dice que realicen varios ejercicios como parte de las pruebas. Un respirador que se desplaza durante el movimiento podría no ser capaz de retener su sellado.