Un accidente cerebrovascular isquémico es la muerte de una zona de tejido cerebral (infarto cerebral) como consecuencia de un suministro insuficiente de sangre y oxígeno al cerebro debido a la obstrucción de una arteria. El daño resultante depende del tiempo que las neuronas se ven privadas de irrigación. La mayoría de las células cerebrales mueren después de verse privadas de sangre durante 4,5 horas.
En un accidente cerebrovascular isquémico agudo, el tiempo es determinante. Los pacientes llegan a los servicios de emergencia con síntomas agudos de accidente cerebrovascular, son diagnosticados y tratados mediante un protocolo bien establecido y estandarizado, llamado código de accidente cerebrovascular. El diagnóstico oportuno, es muy importante. Regularmente se realiza una tomografía computarizada cerebral sin contraste, y su interpretación es realizada por neuro-radiólogos experimentados, en la cual se determina si es: una lesión hemorrágica, accidente cerebrovascular agudo, accidente cerebrovascular crónico o sin lesión aguda. Actualmente, las nuevas tecnologías de dispositivos médicos, desarrollan equipos disponibles las 24 horas con el fin de reducir tiempo de llegada a la sala de emergencias para el diagnóstico y tratamiento: tabletas móviles.
La telemedicina es una solución potencial y puede maximizar el número de pacientes que reciben un tratamiento eficaz contra el accidente cerebrovascular agudo, porque además, son pocas las probabilidades de que haya un neurorradiólogo disponible; se trata de video-telecomunicaciones de última generación que podrían dar acceso a consultas remotas, al mismo tiempo este tipo de tecnología ofrece experiencia y conocimientos para los profesionales de la salud, pues cuentan con acceso a un experto remoto. Pueden extraerse datos, almacenarse y consultarse en fechas posteriores e incluso se ha dado un uso pre-hospitalario de telemedicina, pues se vincula a los pacientes desde la ambulancia con centros de emergencia, aunque aún hay temas de privacidad que deben regularse, debido a la cantidad de información obtenida del paciente, quien debe otorgar consentimiento para, en su caso, enviar toda su información a las unidades de salud.
Ahora y gracias a los avances tecnológicos actuales, se puede integrar información médica electrónica, herramientas de evaluación clínica, neurorradiología, datos de laboratorio y vías clínicas para llevar la atención de vanguardia experta en accidentes cerebrovasculares a áreas desatendidas. Diversos estudios, muestran que no existe una diferencia sustancial entre las estaciones de diagnóstico o las tabletas móviles, aunque deben considerarse ciertas limitantes tecnológicas, pues deben utilizarse tabletas con pantallas retina, además, es fundamental contar con wi-fi, o internet con buena velocidad para transferir las imágenes obtenidas y procesar la información.