Como casi todas las industrias del mundo, el sector de la tecnología médica, aún está recuperando ventas del efecto de la pandemia del coronavirus.
La COVID-19 está creando desafíos sin precedentes para el sector de la tecnología médica. Las empresas deben considerar modelos operativos de pruebas de estrés para fortalecer la resistencia a las crisis y el camino a largo plazo hacia la recuperación.
Por otro lado, la velocidad y la profundidad de los trastornos debidos a la pandemia están creando desafíos sin precedentes para las sociedades y economías de todo el mundo. A medida que las infecciones se propagan por todo el mundo, los sistemas de salud han redirigido recursos sustanciales a los esfuerzos de respuesta al COVID-19.
La pandemia ha puesto a la industria de la tecnología médica en el centro del escenario con una demanda incomparable de pruebas de diagnóstico, equipo de protección personal (PPE), ventiladores y otros suministros médicos críticos, todos los esfuerzos se han volcado sobre el COVID-19. Además de las medidas extraordinarias en curso para aumentar rápidamente la capacidad y las capacidades de fabricación, los líderes de tecnología médica también están mirando más allá de los límites normales del sector para explorar soluciones creativas para complementar aún más la capacidad, como asociaciones con empresas fuera del sector, diseño de equipos de código abierto, y despliegue de empleados capacitados médicamente para apoyar las necesidades de salud pública.
Algunas especulaciones, reportan que cuando comience la recuperación, podría ir acompañada de un resurgimiento de la demanda de procedimientos esenciales tanto electivos como retrasados, lo que tensará los modelos comerciales y la resiliencia financiera.
La pandemia podría influir en las compras de capital en varias categorías importantes de productos de tecnología médica:
- Capacidad acelerada. Esto se aplica a los equipos que son esenciales para salvar la vida de pacientes críticos con COVID-19. Este equipo, principalmente ventiladores y equipo de protección personal, es con el que enfrentamos una escasez universal. Del mismo modo, los equipos para diagnosticar, monitorear y tratar a los pacientes con COVID-19, como dispositivos de anestesia, equipos móviles de rayos X, ultrasonido, y bombas de infusión, enfrentan escasez localizada y selecta.
- Capacidad mantenida. Esto se aplica a los equipos utilizados en el tratamiento de COVID-19 o que requieren reemplazo, como máquinas de tomografía computarizada, equipos de diálisis o máquinas de ECMO. Los ciclos de compra para estos generalmente ya están planificados y forman parte de los presupuestos de gastos de capital existentes.
- Despriorización. Esto se aplica a equipos que no son útiles en el tratamiento de COVID-19, como equipos de resonancia magnética, quirúrgicos (tanto mínimamente invasivos como robóticos), de mamografía, y que probablemente tengan la capacidad suficiente para la recuperación.