La enfermedad arterial coronaria es una de las enfermedades más comunes en la población adulta de México.

En el Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del ISSSTE se realizan cerca de 1,500 estudios de angiografía coronaria al año, de éstos, aproximadamente el 40% es llevado a algún procedimiento de revascularización coronaria percutánea.

No hay ninguna especialidad en la historia de la medicina que haya asistido a un crecimiento y una innovación tan rápidos como la cardiología intervencionista, como consecuencia de combinarse la necesidad imperiosa de obtener mejores resultados en el tratamiento de la enfermedad coronaria (EC), la primera causa de muerte en todo el mundo.

Desde su primera aplicación en la aterosclerosis periférica en 1963 y la primera angioplastia coronaria en 1977, el campo de la cardiología intervencionista ha evolucionado y se ha ampliado enormemente, de tal manera que en la práctica clínica contemporánea la angioplastia coronaria transluminal percutánea es una de las intervenciones que se realizan con más frecuencia. 

Los implantes de stents en arterias coronarias son el tratamiento de elección para la EC. Con la aparición de los stents, se ha resuelto la contribución mecánica a la reestenosis y la retracción aguda, lo cual hace que la cirugía de bypass de urgencia sea cosa del pasado. Hay un gran conjunto de evidencia que muestra una mejora significativa de la seguridad y la eficacia de los stents coronarios con la evolución de los dispositivos, sin embargo, los retos continúan y hoy más que nunca se busca una combinación adecuada de fármacos, tecnología, plataformas y recubrimientos que permita eliminar por completo, y no solo reducir, las trombosis y las reestenosis.

Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia han desarrollado un stent inteligente que puede monitorear los parámetros hemodinámicos. El dispositivo inalámbrico y sin batería puede transmitir los datos al exterior del cuerpo y se alimenta a través de un sistema inalámbrico de transferencia de energía que utiliza campos magnéticos, similar a los cargadores inalámbricos que están disponibles para muchos teléfonos inteligentes. El sistema podría ser útil en el seguimiento a largo plazo y ayudar a los pacientes con problemas cardiovasculares a evitar angiogramas repetidos. También puede funcionar potencialmente como una alarma de advertencia temprana para problemas como cambios en la presión arterial.

Los stents tienen un valor incalculable en el tratamiento de obstrucciones en los vasos sanguíneos y tienen como objetivo garantizar que se mantenga un flujo sanguíneo adecuado a través de un vaso durante un período prolongado después de la colocación. Sin embargo, no brindan ninguna información sobre si han cumplido su propósito, y se requieren diagnósticos adicionales para monitorear la hemodinámica del paciente a lo largo del tiempo. Por lo general, esto involucra un angiograma, que puede ser costoso e inconveniente para los pacientes y, en ciertos casos, los tintes y la radiación involucrados pueden causar efectos secundarios no deseados.

“Ahora, una vez que ha colocado un stent, no está seguro de si el problema se resolvió y los pacientes pueden volver con el mismo problema”, dijo Woon-Hong Yeo, investigador involucrado en el estudio. “Puede ser un defecto del stent, o un problema con el despliegue del stent, o tal vez un problema con el flujo sanguíneo del paciente”.

El dispositivo incluye sensores blandos y se puede administrar mediante un catéter, como un stent normal.

“Este sistema electrónico está diseñado para entregar de forma inalámbrica datos hemodinámicos, incluidos la presión arterial, el pulso y el flujo, a un sistema externo de adquisición de datos, y es súper pequeño y delgado, por lo que podemos usar un catéter para entregarlos, en cualquier lugar dentro el cuerpo”, dijo Yeo. “Es como un stent con múltiples trucos bajo la manga”.

El implante no tiene batería y obtiene energía de forma inalámbrica a través de una tecnología de carga externa que emplea campos magnéticos para la transferencia de energía. El sistema puede ayudar a los pacientes a salvaguardar su salud cardiovascular a largo plazo luego de la colocación del stent.

Sin duda los avances tecnológicos, mejoran el tratamiento de padecimientos cardiovasculares, se trata de un dispositivo más delgado que una tirita típica, un monitor de salud casi invisible que puede usarse en cualquier lugar.

Por: Dalia Solano

Fuentes:

Medgadget.
Smart Stent Monitors Hemodynamics.

Revista Española de Cardiología.
Breve historia de los stents coronarios.