Un equipo de investigadores ha desarrollado un sistema para la detección de errores en sistemas neumáticos que funciona completamente con aire. Este avance podría hacer que los dispositivos médicos sean más seguros, y reducir costos al eliminar la necesidad de sensores electrónicos. Además, cabe decir que tiene un gran potencial en aplicaciones médicas y en entornos industriales donde la electrónica puede ser problemática, como en áreas con alta humedad, explosivas o radiactivas.
El dispositivo se basa en válvulas microfluídicas que calculan bits de paridad, una técnica comúnmente utilizada en la detección de errores en sistemas electrónicos. Estos circuitos lógicos, que no dependen de la electricidad, detectan problemas como fugas de aire o bloqueos, alertando al usuario de cualquier anomalía soplando un silbato, y, si es necesario, apagando el sistema automáticamente para evitar daños mayores.
Una de las aplicaciones clave de este sistema es en la monitorización de dispositivos de compresión neumática intermitente (IPC), que son mangas que se inflan periódicamente alrededor de las piernas de un paciente para aumentar el flujo sanguíneo y prevenir coágulos que podrían causar bloqueos en los vasos sanguíneos, accidentes cerebrovasculares o incluso la muerte. Tradicionalmente, estos dispositivos están equipados con componentes electrónicos para su operación y monitoreo, lo que los hace costosos y, en algunos casos, menos seguros. Al no requerir sensores electrónicos, este sistema reduce el riesgo de fallos en entornos críticos, garantizando un funcionamiento más seguro, accesible y fiable.
Este sistema de detección de errores ofrece una solución de bajo costo y alta eficacia para diversas aplicaciones en una variedad de sectores, mejorando tanto la tecnología médica como la industrial.