Silicona revoluciona el mundo de las prótesis.

Perder una extremidad o una parte de ella, es una experiencia dura de enfrentar. Una amputación ocurre por causas diversas, desde un traumatismo grave a causa de un accidente, hasta aquellas ocasionadas por enfermedades crónicas. En México, las amputaciones han crecido en número los últimos años, debido también, al envejecimiento de la población; entre el 40 y 85% de ellas, se deben a problemas vasculares ocasionados por diabetes.

Los avances tecnológicos respecto a la creación de materiales, resultan cada vez más ligeros y resistentes, sin dejar de lado el aspecto estético de las prótesis, que ha mejorado sustancialmente, permitiendo que las prótesis y ortesis que se fabrican, implantan y adaptan, sean cada vez más eficientes, logrando que la rehabilitación ocurra de manera más rápida. No obstante.

Con el objetivo de crear el mejor ajuste, restaurar la función y lograr un realismo sorprendente, las prótesis de silicona, han tomado un nuevo auge, es una solución que brinda mayor naturalidad a las piezas creadas.

El elastómero de silicona es un material de grado médico, que puede estar en contacto con la piel, con él, es posible crear prótesis funcionales, estéticas y personalizadas (tono de la piel, largo y color de las uñas, pilosidad de la piel), consiguiendo una apariencia muy similar a la del cuerpo del paciente.

Este tipo de prótesis tienen un ajuste perfecto, las piezas fabricadas se pintan intrínsecamente, igualando el color de la piel, no tienen costuras y soportan el uso diario. Dedos, orejas, pies, piernas y brazos; su funcionalidad se consigue mediante la colocación de electrodos, buscando siempre la zona de mayor intensidad de señal electromiográfica (EMG) en dos grupos musculares antagonistas, es decir, de acción contraria. Por ejemplo un músculo flexor cuya activación cerrará la mano y otro extensor que la abrirá, pudiendo controlar así ambos movimientos voluntariamente.

Las prótesis mioeléctricas son controladas electrónicamente mediante contracciones musculares voluntarias del usuario. Para ello normalmente, se disponen dos electrodos dentro del encaje que están en todo momento en contacto con la superficie de la piel, éstos recogen la actividad eléctrica generada por el músculo durante la contracción y la traducen en tensión para el control de la mano protésica.

Anteriormente, se utilizaba un molde de yeso para luego, tomar las medidas del paciente. Hoy, las cosas han cambiado, pues por medio de un escáner óptico 3D, sin contacto (de manera menos invasiva) y en un tiempo aproximado de 5 minutos, se capturan los contornos del usuario con mayor precisión que con los métodos de antaño.

Sin duda, el mundo de las prótesis ha evolucionado de manera considerable y son los pacientes quienes obtienen los beneficios, mejorando significativamente su calidad de vida. ¡Enhorabuena!