México, registra 12000 casos de parálisis cerebral al año, trastorno del cerebro que afecta el tono muscular de una persona y la capacidad para coordinar los movimientos de su cuerpo, el 20% de los casos ocurre en el momento del nacimiento del niño, mientras que la atáxica (cuyo lugar de origen del problema se encuentra en el cerebelo) representa al seis por ciento de los pacientes. Una de sus características es que los pacientes logran caminar, aunque lo hacen con los pies separados buscando un equilibrio que les permita el movimiento.
Los pacientes con parálisis cerebral, presentan problemas de movilidad y coordinación; cuando desean alcanzar un objeto, efectúan movimientos involuntarios conforme se acercan al objetivo. Si los niños con parálisis cerebral no acuden a fisioterapia de manera regular y trabajan sus músculos, será más probable que se produzcan contracciones musculares dolorosas y deformidades. Cuando la terapia no es constante, es muy probable que las deformidades de articulaciones se agraven, y sea necesario practicar una o varias cirugías para revertir el problema, son cirugías que resultan dolorosas y en muchos casos poco exitosas, pues el sedentarismo provocará que el problema continúe agravándose. Estar de pie y estirar los músculos, previene complicaciones de articulaciones.
Manmeet Maggu, quien vivió la experiencia de ver a su sobrino afectado por una enfermedad cerebral, en compañía de su amigo Udassi, emprendieron un proyecto especial para ayudar a los niños con parálisis cerebral.
Cuando la familia de Maggu, trató de alentar al niño a intentar caminar de forma adicional al tiempo de terapia, obtuvieron resultados nulos, pensaron entonces que necesitaban encontrar algún tipo de exoesqueleto o robot que cumpliera el objetivo de la terapia, pero en casa. Maggu pensó: “Dicen que es malo para una persona estar sentado hasta 8 horas diarias en una silla, imaginen lo que representa estar sentado en silla de ruedas la vida entera.” Se dieron cuenta entonces, que no había nada similar en el mercado, pensado en niños, así que decidieron desarrollarlo.
Tomando conciencia de lo que para un niño y sus padres, representan los primeros pasos y la importancia de levantarse de una silla, desarrollaron un robot que se adapta a las necesidades individuales de cada niño, actúa en diferentes niveles de dificultad para brindar mayor o menor soporte, y a partir de entonces, niños que sólo podrían dar unos cuantos pasos, lograron desarrollar nuevas habilidades que habrían resultado mucho más difíciles si sólo hubieran seguido la terapia convencional. Mucho más que un dispositivo que ayuda a conseguir movilidad, es un robot que funciona como parte de la terapia de tratamiento. Trexo robotics, ofrece estabilidad, soporte, asistencia y una experiencia ideal para ayudar a desarrollar y mejorar habilidades a los niños con parálisis.
La primera vez que probaron el aparato, no funcionó, pero hoy Trexo tiene hasta 6 versiones de exoesqueletos ubicados en casas particulares y hospitales, el dispositivo se ofrece como una alternativa de ejercicio y terapia. Hoy, la expectativa consiste en crear dispositivos pensados en adultos mayores que necesiten ayuda. «Creemos firmemente que los sistemas robóticos portátiles van a jugar un papel muy importante en el futuro». El aparato se coloca en la pierna del niño y ayuda a caminar a niños, que en muchos casos, nunca antes habían logrado caminar.
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