En el país ocurren entre 250 000 y 280 000 infartos al año, y se estima que entre las principales causas de muerte están las enfermedades del corazón (20.8%), seguidas de COVID-19 (15.9%) y diabetes (14.6%). Cada dos minutos, alguien tiene un ataque cardíaco en México.
En México, las tres principales causas de muerte a nivel nacional registradas de enero a agosto de 2020 fueron: enfermedades del corazón (20.8%), COVID-19 (15.9%) y diabetes mellitus (14.6%), según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
De manera general, las enfermedades del corazón son responsables de casi tres cuartas partes de todas las muertes en el mundo, tomando la vida de más de 40 millones de personas cada año. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con obesidad, quienes consumen tabaco y quienes padecen hipertensión arterial corren un mayor riesgo de ser hospitalizadas y morir a causa de la COVID-19.
Diversos trabajos experimentales han mostrado que el músculo cardíaco o miocardio puede regenerarse después de sufrir un infarto. La técnica de regeneración ha cambiado la idea de que los cardiomiocitos o células cardiacas no podían replicarse. Cuando se sufría un infarto, el daño del corazón evolucionaba hacia una insuficiencia cardiaca de forma irreversible. Los científicos han desarrollado una nueva técnica que puede reparar e incluso regenerar las células del músculo cardíaco después de un ataque al corazón (o infarto de miocardio).
Si bien hasta ahora solo se ha probado en ratones, si funciona de la misma manera en humanos, podría ser un tratamiento que salve vidas para las personas que han sufrido un ataque cardíaco. La técnica utiliza un ácido ribonucleico mensajero sintético (ARNm). El ARNm crea un «modelo» de secuencias de ADN que luego el cuerpo usa para construir las proteínas que forman y regulan nuestras células. Al modificar el ARNm, los científicos pueden entregar diferentes instrucciones para diferentes procesos biológicos.
Esencialmente, la idea es hacer que las células del músculo cardíaco, que tienen muy poca capacidad de regeneración, actúen más como células madre, que el cuerpo puede convertir en otros tipos de células especializadas. “Nadie ha sido capaz de hacer esto hasta este punto y pensamos que podría convertirse en un posible tratamiento para humanos”, dice el biólogo Robert Schwartz, de la Universidad de Houston en Texas.
Menos del 1% de las células del músculo cardíaco adulto pueden regenerarse (los cardiomiocitos que tenemos cuando morimos son en su mayoría los mismos que hemos tenido desde el primer mes de vida) y eso significa que los ataques cardíacos y las enfermedades cardíacas pueden dejar el corazón en estado frágil, de forma permanente.
El trabajo continúa para comprender más sobre las enfermedades cardíacas, las lesiones cardíacas, y cómo responde el cuerpo después. El estudio de la salud cardiovascular sigue siendo una prioridad para los científicos.