En 2010 existía un estimado de 33 millones de personas con VIH/Sida en el mundo, y alrededor de 20 millones mueren al año como consecuencia del Sida. Otras cifras indican que cerca de 6,000 personas mayores de 15 años de edad se infectan diariamente, y de ellas, 41% tiene entre 15 y 24 años.

Según el ONUSIDA, el VIH/Sida, es la principal causa de mortalidad y de enfermedad entre las mujeres en edad fértil, y aunque algunas fuentes consideran que la epidemia se ha estabilizado, ésta continúa siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Se estima que 1.4 millones de personas viven con VIH en América Latina y que estos casos se concentran en las poblaciones en mayor vulnerabilidad. México es el tercer país más afectado en la región. Datos del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (CENSIDA) del 2009 estiman que hay 220,000 personas viviendo con el virus, por lo que constituye uno de los principales desafíos para la salud pública en México. La mayor prevalencia se presenta entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), población transgénero, usuarios de drogas inyectables y trabajadores y trabajadoras sexuales.

La mitad de las nuevas infecciones de transmisión sexual (ITS), ocurren en jóvenes entre 15 y 29 años, lo cual evidencia la necesidad de diseñar intervenciones preventivas pensadas específicamente para los y las adolescentes y jóvenes. Aunque existen otros factores que incrementan la vulnerabilidad a la infección, la violencia contra las mujeres y las niñas constituye uno de los principales impulsores de la epidemia; las inequidades de género, la homofobia, la discriminación y la migración, también son factores que incrementan la exposición al riesgo.

Un determinante clave de la salud del paciente es el diagnóstico precoz del VIH. El diagnóstico temprano no sólo puede reducir las posibles tasas de transmisión, sino que también permite un tratamiento temprano y reduce las posibilidades de desarrollar el síndrome de autoinmunodeficiencia (SIDA).

La capacidad de realizar pruebas del VIH es clave para poder controlar el virus y, en consecuencia, el SIDA, en el sector de la salud pública. En un modelo de mercado de Global Data, el mercado mundial de pruebas de VIH en 2022 valía 1.800 millones de dólares y se prevé que aumente a 2.400 millones de dólares en 2033, con un crecimiento compuesto del 1,5%.

Las pruebas rápidas suelen realizarse con una punción en el dedo para obtener una muestra de sangre, aunque algunas otras se realizan con saliva. El tiempo para obtener un resultado puede variar entre fabricantes, pero el rango modal es de 15 a 40 minutos. El período ventana de una autoprueba es largo: puede detectar el VIH entre 18 y 90 días después de la exposición, por lo que es importante repetir la prueba.

Las tecnologías de prueba convencionales dominan actualmente los segmentos del mercado. Los inmunoensayos enzimáticos y la amplificación de ácidos nucleicos valieron mil millones de dólares y 415 millones de dólares respectivamente en 2022. Las pruebas realizadas desde casa pueden impulsar el diagnóstico temprano. Se prevé que el mercado de las autopruebas del VIH alcance un valor de casi 500 millones de dólares en 2027.

Por: Dalia Solano

Fuentes:

UNFPA México
VIH y SIDA

Medical Device Network
The rise of home HIV testing and its future market role