Los dispositivos “wearables” forman parte de la vida cotidiana de las personas, se han vuelto una parte esencial de uso, como es el caso de las pulseras y relojes rastreadores de actividad física.

Se trata de una aplicación para monitorear y rastrear métricas relacionadas con la condición física, como la distancia caminada o corrida, el consumo de calorías y, en algunos casos, los latidos del corazón. Relojes inteligentes que trabajan por medio de sensores y que se han vuelto muy populares, no solamente entre deportistas, sino aquéllos interesados en mejorar su condición física.

Apple, Xiaomi y Samsung, entre otros fabricantes, han desarrollado sus propios equipos, sin embargo se habla mucho acerca de la precisión de estos aparatos, que poco a poco han incorporado nuevas funcionalidades, incluyendo la frecuencia cardiaca.

Los sensores ópticos forman parte de la solución para la mayoría de estos dispositivos, sin embargo en el uso diario, presentan algunos problemas de uso, como que el usuario debe colocarlo directamente sobre la piel, el ángulo cuenta y ahora, de nuevo se encuentran sobre la mesa las discusiones de su precisión, ya que al igual que los oxímetros, parece que existe un sesgo en la mayoría de estos equipos que parecen arrojar resultados diferentes en las pieles blancas en compartamos con las oscuras, pues el grado de reflectancia de luz, varía. Algo que ha impactado y sobre lo que los fabricantes deberán trabajar.

Un sensor óptico o también llamado fotoeléctrico es capaz de detectar una presencia o algún objeto a distancia, a través del cambio de intensidad de luz. Debido a que estos dispositivos se basan en la cantidad de luz detectada o reflectividad de los objetos. La técnica utilizada para realizar estas mediciones se denomina fotopletismografía y sirve no solo para medir las pulsaciones cardiacas, sino también para otras aplicaciones médicas, como monitorizar la respiración o medir el nivel de profundidad de una anestesia.

Esta tecnología se basa en un hecho muy simple: La sangre es roja porque refleja la luz roja y absorbe la luz verde. Esos sensores se apoyan en unas luces LED de color verde en combinación con unos fotodiodos sensibles a la luz para detectar la cantidad de sangre que fluye a través de tu muñeca en un momento determinado. Cuando el corazón late, el flujo arterial en la muñeca – y la absorción de la luz verde – es mayor, entre latidos, es menor. Mediante el parpadeo de sus luces LED cientos de veces por segundo, el Apple Watch es capaz de calcular el número de veces que el corazón late cada minuto o lo que es lo mismo la frecuencia cardíaca.

A este método se le suma otro que en lugar de aprovechar las luces LED combinadas con esos fotodiodos sensibles a la luz, y se basa en el uso de la luz infrarroja. Esta forma de medir la frecuencia cardiaca se produce en intervalos más largos en los que la actividad física es leve y no cambia de forma repentina: El sensor de frecuencia cardíaca también puede utilizar luz infrarroja. Sin embargo, si el sistema de infrarrojos no está proporcionando una lectura adecuada, cambiará automáticamente a los LED verdes. Además, el sensor de ritmo cardíaco está diseñado para compensar los bajos niveles de señal mediante el aumento del brillo del LED y la frecuencia de muestreo.

La conclusión es que las pulseras cuantificadoras y sus sensores de frecuencia cardiaca son cada vez más precisos, pero eso no quiere decir que no tengan margen de error. Si se requieren medidas precisas, el usuario deberá recurrir a dispositivos médicos especializados para medir la frecuencia cardiaca u oxígeno en la sangre.

Por: Dalia Solano

 

Fuentes:

El androide libre.
Cómo miden las pulseras deportivas nuestro pulso cardiaco.

Boston Review.
How a Popular Medical Device Encodes Racial Bias.