Frente a la pandemia por COVID-19, el personal de salud de primera línea, vive en riesgo constante, a su vez, la demanda en salud aumenta y el personal médico se ve rebasado, los hospitales cuentan con poco personal, por lo que dispositivos que contribuyan a brindar salud a una mayor parte de la población, se vuelven esenciales.
Los dispositivos sanitarios portátiles y flexibles, que pueden monitorear los datos de salud para predecir y diagnosticar enfermedades por adelantado, benefician a la sociedad, aún más durante la pandemia por COVID-19. Hacia este futuro, se demuestran varios sensores flexibles y extensibles, así como otros componentes, mediante la organización de materiales, estructuras y procesos. Aunque hay muchas demostraciones de sensores, las características fundamentales, como la dependencia de un sensor de temperatura del grosor de la película y el impacto del adhesivo para un sensor de electrocardiograma (ECG), aún no se han explorado en detalle.
La industria de tecnología médica desarrolla nuevos dispositivos médicos “parches sensibles inteligentes” con sensores que funcionan como útiles herramientas para evitar contacto, pero al mismo tiempo, realizar un monitoreo constante. Un examen minucioso de las funciones vitales básicas respalda la atención y la recuperación del paciente, pero los recursos hospitalarios y las soluciones tecnológicas existentes pueden no ser adecuados para la tarea.
Esto reduciría el peligro de complicaciones, incluso potencialmente fatales, y promovería la recuperación. Por ejemplo, la reacción temprana a los cambios en las funciones vitales es extremadamente importante en el tratamiento de pacientes con coronavirus que padecen dificultades respiratorias, pero a medida que aumenta la carga sobre la atención médica, no siempre es posible realizar un seguimiento intenso.
Los sensores portátiles podrían permitir el monitoreo remoto también en el hogar, lo que haría posible enviar a los pacientes a casa de manera segura antes de lo habitual, lo que ayudaría a ahorrar recursos de atención médica.
Los parches inteligentes flexibles son capaces de medir la frecuencia respiratoria, la saturación de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, por ejemplo, e incluso podrían tomar un electrocardiograma (ECG). Además tendrían la capacidad de enviar la información a un sistema que analizaría los datos y produciría información de seguimiento y enviaría alarmas.
Los parches inteligentes son casi imperceptibles y buscan reemplazar el uso de pulseras a un costo menor. El componente individual más grande del parche es una batería de botón, e incluso eso sin duda será reemplazado en los próximos años por una batería flexible. Los proyectos de investigación ya han dado un paso hacia soluciones en el siguiente nivel, la electrónica epidérmica que sería incluso menos perceptible para el usuario que un parche inteligente.