La ablación cardíaca es un procedimiento que permite solucionar problemas en el ritmo cardíaco (arritmias). En la mayoría de las personas que sufren arritmias, el ritmo cardíaco anormal se controla bastante bien con medicamentos. Sin embargo, si los medicamentos no surten efecto, el médico puede recomendar la ablación por catéter.
La ablación cardíaca funciona mediante la cicatrización o destrucción del tejido del corazón que provoca o sostiene el ritmo cardíaco anormal. En algunos casos, la ablación cardíaca evita que las señales eléctricas anormales ingresen al corazón y, de este modo, detiene la arritmia.
Durante el procedimiento, se colocan pequeños alambres llamados electrodos dentro del corazón para medir la su actividad eléctrica. Una vez que se encuentra el origen del problema, el tejido que lo está causando se destruye.
La ablación por catéter es una intervención que emplea energía para tratar el sitio en el que se origina la arritmia. Para estos efectos se pueden emplear diferentes formas de energía, pero la más común es la energía de radiofrecuencia. Se trata de un tipo de energía que emplea ondas de radiofrecuencia para producir calor y destruir la zona diminuta de tejido cardíaco que causa la arritmia. Cuando el tejido se destruye, el corazón puede recuperar el ritmo normal. Esta intervención se conoce también como: ablación por radiofrecuencia.
Las pequeñas diferencias anatómicas pueden tener un gran impacto en los resultados. Los médicos y los investigadores han estado utilizando modelos, tanto virtuales como impresos en 3D, para mejorar los resultados de los procedimientos, diseñar nuevos dispositivos e inventar nuevas técnicas terapéuticas. Estos modelos generalmente ayudan a los profesionales a comprender los matices entre pacientes, pero no reproducen las formas y dinámicas exactas de los tejidos y estructuras en movimiento.
Ahora, los investigadores de la Universidad de Minnesota, con la ayuda de Medtronic, han desarrollado una forma de impresión 3D que imita las válvulas cardíacas aórticas y la anatomía cercana que es tan perfecta que, según los informes, se ven y se sienten como si fueran cosas reales. Estas estructuras en realidad se imprimen basándose en tomografías computarizadas de pacientes reales, por lo que se asemejan casi perfectamente a las formas de los tejidos copiados.
Los modelos también pueden ayudar a los pacientes a comprender mejor su propia anatomía y el procedimiento al que serán sometidos.