La presencia de amoníaco en el cuerpo se ha relacionado durante mucho tiempo con complicaciones derivadas del hígado, los riñones y el estómago.
Estas complicaciones pueden ser el resultado de afecciones graves como la enfermedad renal crónica (ERC), las úlceras pépticas y, recientemente, el COVID-19. También es útil para el estudio y seguimiento de diferentes hepatopatías (enfermedades que afectan al normal funcionamiento del hígado) provocadas por el consumo de alcohol o de otras sustancias de abuso, fármacos y otras situaciones ambientales.
La función hepática y renal limitada conduce a un aumento del nitrógeno ureico en sangre (BUN) dentro del cuerpo, lo que resulta en niveles elevados de amoníaco en la boca, la nariz y la piel. De manera similar, las úlceras pépticas, comúnmente por H. pylori, dan como resultado la producción de amoníaco a partir de la urea en el estómago. La presencia de estos biomarcadores permite considerar un posible protocolo de detección para el control frecuente y no invasivo de estas afecciones. Desafortunadamente, la detección de amoníaco en estos medios es bastante desafiante debido a las concentraciones relativamente pequeñas y la abundancia de interferencias.
Las enfermedades que generan un exceso de amonio que en grandes concentraciones pueden producir daños neurológicos irreversibles e incluso la muerte. Incrementar el número de controles y obtener los resultados en tiempo real es clave para detectar un episodio de hiperamonemia. Actualmente, el control del amonio se realiza a través de una extracción de sangre que se debe tratar y analizar en el laboratorio.
Investigadores del Grupo de Sensores y Biosensores (GSB) del Departamento de Química de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con la colaboración de los investigadores Rafael Artuch, subdirector científico del Institut de Recerca Sant Joan de Déu y jefe del Laboratorio de Bioquímica del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y Javier Rosell, del Centro de Investigación en Ingeniería Biomédica (CREB) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), han desarrollado un analizador Point-of-Care para la monitorización de amonio en sangre.
El desarrollo de este dispositivo supone un gran avance: se podrán multiplicar los puntos de seguimiento, se simplificará el proceso y se reducirá el tiempo para la toma de decisiones médicas. Una vez que el prototipo supere la fase experimental, podrá utilizarse en centros de salud (sin la dependencia del laboratorio clínico) y sin tratamiento previo.
Aunque antes de salir al mercado, el funcionamiento del prototipo se validará en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.