El uso de dispositivos médicos implantables se encuentra dentro de la categoría de dispositivos de mayor riesgo, se encuentran sujetos a rigurosos controles de calidad, pues se definen como: «cualquier dispositivo médico activo que se pretende introducir total o parcialmente, quirúrgicamente o médicamente, en el cuerpo humano o mediante intervención médica en un orificio natural, y que está destinado a permanecer después del procedimiento». 

Sin embargo como en cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos al implantar un dispositivo médico de éste tipo ya que en ocasiones el cuerpo puede rechazarlos y provocar complicaciones al paciente, el dispositivo “interactúa” con el cuerpo, éste último puede identificar al implante como algo extraño y no aceptarlo. El profesional de la salud tiene como tarea explicar los beneficios tanto como los riesgos asociados al dispositivo médico implantable que se utiliza.

Una vez que el cuerpo identifica al DMI como un organismo extraño, puede crear cicatrices que se forman alrededor del implante pudiendo afectar su funcionamiento, ante evidencia de rechazo, se requiere la intervención inmediata del médico. Por lo anterior, los fabricantes de dispositivos médicos trabajan en soluciones que disminuyan el problema de rechazo hacia los DMI, actualmente, los científicos del MIT han desarrollado una forma de integrar medicamentos inmunosupresores cristalizados en dispositivos implantables para que no haya una reacción inmunitaria localizada grave. Como prueba de concepto, el equipo utilizó sus cristales de fármacos para proteger las células de los islotes encapsulados que se están investigando como una opción de tratamiento para la diabetes tipo 1.

«Desarrollamos una formulación de fármaco cristalizada que puede dirigirse a los actores clave involucrados en el rechazo del implante, suprimiéndolos localmente y permitiendo que el dispositivo funcione por más de un año», dijo Shady Farah, postdoctoral del MIT y del Hospital de Niños de Boston y coautor del estudio que aparece en Nature Materials.

La cristalización del inmunosupresor permitió que los investigadores lo concentraran densamente, haciendo que todo el paquete fuera pequeño y práctico de usar. Debido a que los cristales tardan en disolverse, permite que el enfoque funcione durante meses a la vez. Al mediar en la forma y el tamaño de los cristales, los investigadores pudieron controlar durante cuánto tiempo funcionará el mecanismo.

«Demostramos que las drogas se liberaron muy lentamente y de forma controlada», agregó Shady Farah. «Tomamos esos cristales, los colocamos en diferentes tipos de dispositivos y demostramos que con la ayuda de esos cristales, podemos permitir que el dispositivo médico esté protegido durante mucho tiempo, permitiendo que el dispositivo siga funcionando».

Existen diferentes causas por las cuales puede provocarse un rechazo de implante, por ello es importante, contar en todo momento con la ayuda de personal calificado, una mala colocación o preparación del paciente para recibir el dispositivo, puede desembocar en infecciones que resulten en el fracaso total del procedimiento quirúrgico. Cabe recordar también, que a pesar del riesgo, los beneficios del uso de implantes de dispositivos médicos, son mayores y en ocasiones, representan la diferencia entre vivir o morir, por lo que debe trabajarse en mejorar la eficiencia, calidad del dispositivo, cuidado y prevención del entorno que lo rodea.

Por: Dalia Solano

Fuentes:

BSI.
Dispositivos Médicos implantables.

Instituto Odontológico de la Universidad de Madrid.
Rechazo de implantes.

Medgadget.
Crystallized Drugs to Protect Implants from Immune Attack.

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