En México, 25% de las personas entre 18 y 65 años de edad presenta algún problema de salud mental, y solo 3% busca atención médica, así lo señaló el doctor Marcelo Valencia, Investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF).
En el mundo, los trastornos mentales afectan a casi 450 millones de personas, dentro de los cuales, la depresión, bipolaridad y esquizofrenia son los más comunes. Estos trastornos se manifiestan a través de culpa, apatía, melancolía, tristeza, ansiedad y pérdida de interés.
Actualmente, los especialistas buscan que las personas con trastornos mentales tengan una recuperación funcional fuera del hospital, ya que de esta manera se integran a su entorno social y mejoran positivamente su tratamiento.
Las enfermedades mentales son afecciones graves que pueden afectar la manera de pensar, humor y comportamiento. Pueden ser ocasionales o de larga duración, incluso pueden afectar la capacidad de relacionarse con los demás y funcionar cada día. Los problemas mentales son comunes, sin embargo, aunque hay tratamientos disponibles, las personas con trastornos de salud mental pueden mejorar y muchas de ellas se recuperan por completo.
Específicamente el trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Se suele caracterizar por la alternancia de episodios maníacos (altos emocionales) y depresivos (bajos emocionales) separados por períodos de estado de ánimo normal. No obstante, la enfermedad también puede representar sólo episodios maníacos y no sufrir fases depresivas.
Además de la fluctuación de estados de ánimo, también se presentan variaciones en el nivel de energía, de actividad y la concentración. Debido a la pandemia por COVID-19, la cifra de personas que padecen algún trastorno mental ha incrementado hasta cinco veces más, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado.
El diagnóstico del trastorno bipolar se realiza a través de una evaluación psiquiátrica, un examen físico completo y pruebas médicas para descartar otras enfermedades. El profesional de la salud mental o psiquiatra es el encargado de diagnosticar el trastorno bipolar con base en los síntomas, el transcurso de la vida, antecedentes familiares y las experiencias de la persona afectada. Algunos síntomas del trastorno bipolar se parecen al de otras enfermedades, como la depresión, desencadenando que los profesionales de la salud den un diagnóstico erróneo.
La depresión es un trastorno mental caracterizado por disminución del estado de ánimo, sentimientos de tristeza, dificultad para concentrarse y alteraciones en el patrón de sueño y apetito. En casos severos, se presentan comportamiento suicida y alteraciones somáticas como dolor, hormigueo y rigidez muscular. La falta de atención médica especializada provoca que la enfermedad evolucione, se vuelva crónica y limite a las personas en todas las esferas sociales. La demora promedio en el diagnóstico es de 8 a 10 años debido a la confusión con los síntomas de la depresión
El proyecto de innovación EDIT-B, respaldado por EIT Health, ha desarrollado una prueba de diagnóstico de sangre diseñada para diferenciar el trastorno bipolar de la depresión utilizando biomarcadores de edición de ARN e inteligencia artificial. Este hito se ha alcanzado dos años antes de lo previsto inicialmente.
El objetivo, es según el proyecto, mejorar el diagnóstico de trastorno bipolar, aunque en una primera etapa la prueba desarrollada estará disponible en Europa, no dudamos que la prueba sea adoptada por las instituciones de salud pública alrededor del mundo, pues el consorcio que la desarrolla considera que puede llevar su prueba innovadora al mercado en 2023, dos años completos antes de la fecha de lanzamiento proyectada de 2025.