La interconexión de los dispositivos médicos (IOMT Internet of medical things, por sus siglas en inglés) aplicados al sector salud, tiene grandes expectativas, sensores que indican información precisa del paciente en tiempo real de manera expedita al médico de cabecera, clínicas y hospitales. Sin duda, el panorama ofrece la posibilidad de obtener diagnósticos rápidos y precisos.
La integración de la tecnología a los dispositivos médicos, toma su tiempo, similar que la integración de otras tecnologías, que con anterioridad, se han incorporado al sector médico. Si bien es cierto que la información obtenida proveerá de datos para establecer nuevas pautas de actuación respecto al diagnóstico y tratamiento de diferentes enfermedades, la incorporación tecnológica tomará su tiempo, ya que aunque el boom de la conectividad, la nube y la recopilación de datos, comenzó en el año 2000; en el 2019 (casi veinte años después), comenzamos a ver los resultados de aquella tecnología naciente. Y es que los avances tecnológicos, se acompañan también, de cambios sociales, económicos y culturales. Fue necesario que la mayoría de la población (o al menos un número considerable de ella), contara con acceso a internet, tuviera un móvil conectado y las personas se familiarizaran con aspectos digitales, mientras que, a la par, se recopilan millones de datos.
Sin embargo, el verdadero valor de la información que día con día se recupera, reside de la interpretación, en los patrones y en lo que la inteligencia artificial establezca como pauta y característica de ciertas enfermedades, ante la presencia de signos como síntomas, hábitos, edad, género, alimentación, ubicación geográfica, predisposición genética, etc.
Posterior al análisis de inteligencia artificial y los datos obtenidos en ello, entonces interviene el factor humano, capaz de elegir las mejores decisiones, pautas y la interpretación de los resultados obtenidos, para finalmente, llevarlo hasta los pacientes e instituciones de salud. El camino de la información, dista mucho de ser corto o sencillo, conlleva un proceso que habrá que cumplir y estudiar con detenimiento.
Y sólo después de lo anterior, entonces, será necesario recopilar nueva información que permita determinar si la información y las decisiones tomadas, fueron aplicadas con éxito, para entonces, declarar que se ha logrado una verdadera revolución médica tecnológica con base a los datos obtenidos.
«Hablando con la industria farmacéutica y hablando con los proveedores, siento que muchos de ellos están en el punto en que tienen cantidades significativas de datos, pero no han podido conectar los puntos sobre qué hacer con esos datos», comenta, Shawn Evans, Director de Intelligent Edge en Valorem Reply, una firma de estrategia digital.
El sector dedicado al desarrollo de dispositivos médicos conectados, tiene un crecimiento mundial proyectado en 131 mil millones para el año 2021, un sector en crecimiento que aún tiene un largo camino que recorrer, pero con un gran potencial de mercado en los años por venir.