Las infecciones son un problema persistente, mortal y costoso para los sistemas de salud y los pacientes.

Las tasas de infección contraídas en hospitales y otras instalaciones de atención médica se encontraban a la baja, antes de que la pandemia, luego del COVID-19, la tendencia se revirtió.

«Las prácticas de control de infecciones en las salas COVID-19 a menudo se adaptaban a la escasez de equipo de protección personal (EPP), respondían a los temores del personal de atención médica y no siempre se prestaban a una mejor prevención de infecciones».

Los ingresos hospitalarios por trastornos no causados por la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) habrían disminuido de manera significativa. Se cree que esto puede deberse a la ansiedad del público frente a la posibilidad de adquirir la infección por COVID-19 en el hospital y el consiguiente riesgo de mortalidad.

El mayor aumento se observó en las infecciones del torrente sanguíneo asociadas con catéteres de vía central insertados en vasos sanguíneos grandes para proporcionar medicamentos y otros líquidos durante períodos prolongados. Las infecciones de la vía central fueron entre un 46% y un 47% más altas en el tercer y cuarto trimestres de 2020 en comparación con las de 2019.

Las infecciones asociadas a ventiladores también aumentaron drásticamente con un mayor uso, con una tasa de esas infecciones que aumentó en un 45% en el cuarto trimestre de 2020 en comparación con el mismo trimestre de 2019.

A pesar del aumento de ciertas infecciones, otros dos tipos de infecciones que se rastrean de forma rutinaria en los hospitales en realidad se mantuvieron estables durante la pandemia. Así mismo, la tasa de infecciones del sitio quirúrgico no aumentó ya que se realizaron menos procedimientos.

La infección nosocomial de COVID-19 impacta directamente en la calidad de vida de los pacientes, además de generar gastos adicionales para los hospitales.

Se ha demostrado que es más probable que COVID-19 se transmita a través del contacto cercano y sin protección con pacientes infectados.

Sin embargo, la minoría de los casos de COVID-19 (12.5%) fueron el resultado de la transmisión intrahospitalaria. Si bien ninguna infección por COVID-19 viene libre de riesgo, los pacientes que adquirieron la infección en el hospital presentan menor riesgo de mortalidad en comparación con aquellos que adquirieron esta infección en la comunidad. Los pacientes con infección intrahospitalaria por COVID-19  experimentaron una estadía hospitalaria más prolongada. Los resultados del presente estudio deben ser interpretados con precaución.

Por: Dalia Solano.

Fuentes:

Medtech Dive.
Pandemic spurs rise of other infections contracted at healthcare facilities.