Solucionar los retos dirigidos a mejorar los resultados del ciclo de vida de un dispositivo médico con el fin de influir positivamente en la calidad de la atención médica y el desempeño del sistema de salud, constituye una de las principales labores a realizar por parte de las instituciones sanitarias en México. 

Los dispositivos médicos forman parte esencial de la práctica médica, en consecuencia, la regulación, evaluación, gestión de dispositivos médicos reciben cada vez más atención por parte de los encargados de formular políticas y expertos en sistemas de salud involucrados en los esfuerzos para lograr la cobertura universal de la seguridad, servicios de salud equitativos y de alta calidad.

El sistema de salud mexicano está compuesto por una compleja estructura que incluye varios «subsistemas» a cargo de la regulación, financiación y servicios de salud, como el Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad Social, Servicios para trabajadores estatales (ISSSTE) y el nivel estatal servicios de atención médica (SESA), que funcionan a lo largo de un gran número de proveedores privados de atención médica.

El sistema de salud se caracteriza por una distribución de roles en un número sustancial de actores que resultan en una fragmentación de responsabilidades. Estos roles están asignados y controlados por diferentes instituciones como el Consejo de Salubridad General (CSG), un órgano del Estado Mexicano dependiente del Presidente de la República, presidido por el Secretario de Salud, que tiene como mandato la emisión de disposiciones obligatorias en materia de Salubridad General; la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), responsable de la calidad y la seguridad de los nuevos medicamentos, dispositivos médicos y otros insumos para la salud; mientras que la CENETEC (Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud) es responsable de las evaluaciones de tecnología de salud, supervisión de equipos médicos y directrices clínicas. A pesar de sus importantes logros, se ha destacado que el funcionamiento de estas agencias tienen margen de mejora; especialmente, con respecto a su vinculación con las pautas para la calidad de atención y con una buena relación calidad-precio en todos los «subsistemas».

Actualmente, el congreso mexicano esta discutiendo la creación de la Comisión Federal para la Regulación y Vigilancia de los Servicios de Salud e instalaciones, con el fin de generar un impulso para la adopción de un amplio espectro de aspectos relacionados con calidad en la atención médica y esto puede respaldar los resultados en el ciclo de vida de dispositivos médicos.

Después de analizar a las partes interesadas, recopilar datos y acceder a sitios de transparencia, es notable que hasta la fecha, los formuladores de políticas se han esforzado por avanzar en temas de regulación, aunque la coordinación entre todas las partes que actúan se vuelve compleja, debido a la larga distribución de roles y responsabilidades en múltiples organizaciones, hoy como nunca se discuten a fondo temas de regulación, que se encuentran en discusión política. Sin lugar a duda, cambios en los procesos, prácticas de regulación y evaluación, pueden mejorar los productos además de los resultados e influir positivamente en la calidad de la atención médica y la efectividad del sistema de salud. Algunas de las recomendaciones que podrían tomarse en cuenta son:

  1. Iniciar un grupo de trabajo a nivel nacional que tenga como objetivo refinar las estrategias discutidas.
  2. Mejorar la comunicación entre los grupos interesados.
  3. Fomentar el papel desempeñado por las instituciones a cargo hasta ahora.

Por: Dalia Solano.

Fuentes:

Salud Pública de México.
Strategies to improve the medical device life cycle in Mexico.