En pocos meses la pandemia por coronavirus se extendió por el mundo, provocando millones de contagios y cientos de miles de muertes.
Aunque no todos los pacientes infectados con SARS-CoV-2 desarrollan neumonía como consecuencia del virus, un porcentaje aproximado del 10% requerirá cuidados hospitalarios y en su caso, ingresar a Unidades de Cuidado Intensivo (UCI)
El personal médico que labora en la primera línea de batalla contra el coronavirus, se encuentra altamente expuesto a enfermarse. En Latinoamérica. se tiene la mayor cantidad de trabajadores de la salud infectados en el mundo, aquéllos que asisten dentro de las UCI tienen un alto riesgo de contagio por una elevada exposición ambiental al SARS-CoV-2 y las actividades técnicas que realizan, las cuáles generan aerosoles, que según estudios, pueden permanecer en el aire con el virus hasta por 3 horas, incrementado el riesgo de contagio.
Entre el 10% y el 15% de los pacientes ingresados en el hospital con neumonía causada por el virus SARS-CoV-2 ingresan a una UCI, y el 90% de estos, requieren intubación y ventilación mecánica, generalmente durante al menos dos o tres semanas.
El ingreso masivo de pacientes graves ha saturado rápidamente las UCI. La respuesta ha sido su extensión inmediata a otras áreas, incluyendo quirófanos, que también cuentan con gases medicinales, monitorización y respiradores mecánicos, fundamentalmente unidades de cuidados intermedios, áreas de reanimación anestésica, quirófanos y otros espacios con posibilidades de acondicionamiento para tratamiento intensivo.
El impacto emocional para los paciente es alto, pues se encuentran completamente aislados. El personal médico y enfermeras, sólo ingresan para realizar labores indispensables y debido a que portan equipo de protección personal, ni siquiera es posible mirarles el rostro. Los pacientes se sienten solos, angustiados y tristes, el nulo contacto humano provoca altos índices de estrés e incertidumbre.
Los pacientes luchan por sobrevivir con la ayuda de sofisticadas máquinas que los ayudan a respirar y a que su cuerpo realice otras funciones básicas, la fortaleza emocional, es fundamental.
En Brasil, país donde se registraron hasta 4000 muertes causadas por COVID en 24 horas, la enfermera Lidiane Melo, tuvo una idea para socorrer a pacientes que necesitaban calmarse ante su desesperación. La enfermera llenó dos guantes de látex con agua tibia, ató las puntas de los dedos y deslizó la mano de un paciente, simulando el contacto humano. Además “la mano” permitiría medir el nivel de oxígeno en los pacientes. Tras ver que había funcionado, la enfermera del hospital de Isla del Gobernador, en Río de Janeiro (Brasil), no dudó en repetir su solución con otros pacientes.
“Decidimos hacerlo como una forma de cariño, abrazos, humanización, como si alguien le tomara la mano, y también para ablandar las extremidades que estaban muy frías”, dijo la enfermera Lidiane. Los usuarios en redes quedaron conmovidos ante la imagen, a la que el periodista que compartió la fotografía llamó: “la mano de Dios”.
Sin duda, se trata de una gran muestra de vocación por parte del personal de enfermería, que frente a la pandemia y el agotamiento, no olvidan la importancia de la calidez y trato humano para los pacientes.
Por: Dalia Solano.
Fuentes:
CNN.
La mano de Dios, el alivio de una enfermera para pacientes con COVID-19.
El Universal.
Enfermera de Brasil crea «mano» para simular contacto humano en pacientes con Covid.
ONU.
CERCA DE 570000 trabajadores de la salud se han infectado y 2500 han muerto por COVID 19 en las Américas.