El equipo de protección personal se ha vuelto indispensable en medio de la pandemia ocasionada por el SARS-COV-2. Principalmente, el del personal médico que se encuentra atendiendo hospitales y unidades de salud, corresponde a un grupo vulnerable y expuesto a contagios.

En redes sociales vemos cómo la población fabrica sus propios equipos de protección y la pregunta normal sería, porqué los médicos y enfermeras no hacen lo mismo. ¿Tiene sentido comprar equipo de protección, a un costo quizá más elevado, fabricado por laboratorios y fabricantes de dispositivos médicos provenientes de otros países? La respuesta es sí, aunque por la necesidad, se hayan tomado medidas acordes a la emergencia.

El equipo de protección personal que realizan fabricantes oficiales, cuentan con regulaciones de calidad y normatividad establecidas para las buenas prácticas de fabricación, con el fin de garantizar estándares de consenso reconocidos. Los equipos fabricados incluyen medidas de resistencia a fluidos, protección contra fugas, capacidad de filtrado o resistencia a roturas y enganches. Además, los equipos de protección, están diseñados para crear una barrera específica contra enfermedades para la penetración de sustancias, partículas sólidas, líquidas o en el aire.

No es que los equipos garanticen protección contra una enfermedad específica o bien, que aseguren que las personas en contacto no sufran contagio alguno, porque ningún equipo puede hacerlo, ya que también influyen otros factores externos, como las condiciones de uso, el apoyo de otras acciones de seguridad como el lavado de manos, el aislamiento de personas contagiadas o incluso, la forma de estornudar o toser. Las pruebas que se realizan a este tipo de equipos, no son específicas contra un virus o bacteria, pero cuando ocurre el brote de alguna enfermedad, son los Centros de Control de Enfermedades, quienes dictan, cuáles equipos de seguridad son los más adecuados para proteger a la población, con base en las características propias de la enfermedad. 

Deben considerarse también, las formas de eliminación correctas, ya que si el equipo es de un solo uso y no se desecha correctamente, puede ocasionar exposición o contagios a otras personas. De igual manera, si el equipo no es de un solo uso, tal es el caso de algunas máscaras de respirador elastoméricas o gafas; éstos, deben sanitizarse o descontaminarse, de acuerdo a las instrucciones de uso incluidas en las etiquetas o manuales del producto. De no seguir las indicaciones correctas, se puede contribuir a propagar la enfermedad.

Si el equipo de protección personal, fue expuesto a fluidos corporales de una persona infectada, el personal debe retirarlo inmediatamente, siguiendo las instrucciones de eliminación del producto. No es recomendable que equipo de un solo uso se lave, ya que es posible que pierda su nivel de protección. Es importante mencionar que el equipo de protección debe utilizarse de manera personal, evitando intercambios, aún entre personas sanas.

La mayoría del equipo de protección médica para COVID-19, se encuentra disponible en todas las farmacias o tiendas de suministros médicos, incluso en internet, pues una vez que los dispositivos médicos salen a la venta, quiere decir que cuentan con las medidas de seguridad y regulación establecidas por las unidades encargadas de vigilar, que los equipos cumplan con su función de uso.

Por: Dalia Solano

Fuentes:

FDA.
Questions About Personal Protective Equipment (PPE).