Los dispositivos neurológicos pueden ayudar a diagnosticar, prevenir y tratar una variedad de trastornos y afecciones neurológicas como la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, depresión mayor, epilepsia, lesión de la médula espinal y lesión cerebral traumática.
Los dispositivos neurológicos se pueden utilizar para ayudar a restaurar la audición y la vista además de proporcionar mayores funciones a las personas con pérdida o diferencias congénitas en las extremidades. Los ejemplos de dispositivos neurológicos incluyen dispositivos de neurodiagnóstico, neurointervencionismo y neuroestimulación.
Los movimientos del cuerpo humano se originan por la actividad cerebral en el Sistema Nervioso Central (SNC), el cual transmite los comandos de la médula espinal a los nervios periféricos hasta llegar a los músculos. Sin embargo, esa comunicación puede interrumpirse por diferentes circunstancias, impidiendo a la persona el movimiento de uno a más de sus miembros.
En los últimos 15 años se han desarrollado en diversas partes del mundo nuevos sistemas para la rehabilitación de pacientes con desórdenes neuromusculares severos, como esclerosis lateral amiotrófica, infarto cerebral y lesión medular. Estos sistemas han sido denominados como interfaces cerebro-computadora. Los sistemas de interfaz cerebro-computadora buscan proveer a sus usuarios de capacidades de comunicación básicas, como operar programas de selección de palabras en una computadora o controlar una neuroprótesis. Los sistemas de interfaz cerebro-computadora descifran la intención del usuario de moverse o comunicarse a través del análisis de señales eléctricas cerebrales que incluyen potenciales corticales lentos, potenciales evocados visuales, potencial P300 y ritmos beta o mu registrados sobre el cuero cabelludo, así como la actividad neuronal cortical registrada mediante electrodos implantados. Estas señales son convertidas en comandos para operar una computadora o algún otro dispositivo por medio de un procesamiento digital efectuado en tiempo real. Los sistemas de interfaz cerebro-computadora, sus características y aplicaciones con mayor relevancia orientadas a mejorar la calidad de vida de los pacientes con discapacidad motora.
Los dispositivos de interfaz cerebro-computadora para restaurar las capacidades motoras o sensoriales perdidas prometen mejorar la movilidad y la independencia de los pacientes que sufren parálisis. Los dispositivos de neuroestimulación implantables son una forma común de tratar algunas de estas enfermedades.
Los rápidos avances en el desarrollo de aplicaciones de dispositivos a partir de los descubrimientos en el campo de la neurociencia durante la última década, permitieron probar y estudiar las versiones implantadas de los dispositivos, atrayendo el interés de empresas que por siempre se han dedicado al desarrollo de tecnología.
«Sé por mi experiencia en la industria que la confiabilidad de los dispositivos implantables es un tema crítico para traducir la tecnología en clínicas», dijo Hyowon «Hugh» Lee, profesor asistente en la Facultad de Ingeniería de Purdue e investigador en el Centro de Nanotecnología Birck.
Los implantes neuronales pueden dar a las personas con trastornos neurológicos una nueva oportunidad de vida, permitiendo a una persona con discapacidad motora interactuar con su entorno.
Por: Dalia Solano.
Fuentes:
Scielo.
Interfaces Cerebro-Computadora: Conceptualización, Retos de Rediseño e Impacto Social.
Conexión Cinvestav.
Diseñan interfaz cerebro-computadora para recuperar movimiento.
Medigraphic.
Los sistemas de interfaz cerebro-computadora: una herramienta para apoyar la rehabilitación de pacientes con discapacidad motora.