La reología es la especialidad de la física centrada en el análisis de los principios que determinan cómo se mueven los fluidos. La reología sanguínea caracteriza las propiedades físicas del flujo de sangre. Estas características pueden ser evaluadas en el hombre a través de la medida de parámetros tales como la viscosidad sanguínea, la viscosidad plasmática, la deformabilidad de los glóbulos rojos, la agregación eritrocitaria.
En el pasado la reología fue subestimada, sin embargo, investigaciones recientes arrojan que dicha especialidad, determina aspectos importantes de la fisiopatología cardiovascular y puede ser utilizada como método de prevención. El colesterol total junto con los triglicéridos son las sustancias que más afectan la reología de la sangre humana.
Hoy en día, existe un interés creciente de parte de los investigadores, respecto a la relación existente entre el flujo sanguíneo en el sistema vascular y los factores hemorreológicos, así como la participación de estos factores en el mecanismo de la formación de la placa de ateroma en la hemostasis, la trombosis y la vasomotricidad vascular. El empeoramiento de la reología y de la viscosidad de la sangre puede conducir o está relacionado con varias enfermedades, (cerebrovasculares, afecciones cardiovasculares, neurológicas, otras enfermedades).
La mayoría de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, están asociados en un momento dado de la evolución de la aterosclerosis, a un aumento de la viscosidad sanguínea o plasmática. La viscosidad de la sangre depende directamente de la relación entre la cantidad de células y el contenido de proteínas y metabolitos en el plasma y ésta propiedad, varía de acuerdo al sexo; las mujeres tienen una viscosidad menor que los hombres, al menos hasta la menopausia. Los fumadores y los diabéticos tienen la viscosidad aumentada; existe una relación positiva entre el índice de masa corporal (peso/altura), el hematocrito y la viscosidad plasmática. Otros factores de riesgo, son por ejemplo, la obesidad, enfermedades genéticas, el alcohol, hidratación, dieta, hábitos y estilos de vida, infecciones, inflamación, estrés, quemaduras, resfriados, lesiones. Mantener una buena viscosidad sanguínea, es fundamental para la recuperación de cualquier enfermedad.
La reología sanguínea puede interferir con la salud mental, ya que un tercio de la sangre, fluye a través del cerebro, donde las células nerviosas, poseen el mayor metabolismo de todas las células, produciendo metabolitos en exceso. Si las condiciones de sangre empeoran (sangre espesa), los desechos pueden permanecer en el tejido cerebral, sólo la sangre viscosa puede absorber todos los “ residuos”.
Ahora, existe un dispositivo médico diseñado para irradiar la sangre, es una terapia láser que incluye un diodo semiconductor que genera luz roja con una longitud de onda de 650nm. Se trata de un método no invasivo, que por medio del aplicador láser y a través de la cavidad nasal, irradia la sangre, a fin de mejorar sus propiedades reológicas, mejorando la circulación y microcirculación de la sangre, oxigenando y nutriendo los tejidos. Se dice que la microcirculación es tan importante, que se conoce como el segundo corazón, porque afecta a todas las células vivas, proporciona nutrientes, oxígeno y elimina desechos.
Cuando se mejora la propiedad reológica de la sangre, también se mejora la salud y desarrollo de enfermedades asociadas, en consecuencia, se obtiene una mejor salud, mayor longevidad y una mayor sensación de bienestar. El dispositivo ayuda a mejorar la calidad de vida y las condiciones de salud en pacientes con problemas de hipertensión, enfermedad isquémica, diabetes, úlceras, enfermedad de alzheimer, enfermedades del corazón, trombosis y parkinson, migraña, entre otros.
El uso del dispositivo está contraindicado para enfermedades hemorrágicas, cáncer activo, embarazo y reducción de la coagulación de la sangre.