Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y un equipo liderado por Naomi Lynch han hecho importantes avances en la robótica biohíbrida y la bioingeniería con el desarrollo y la investigación de mecanismos de flexión. Estos dispositivos, que actúan como esqueletos articulados, están diseñados para optimizar el uso de músculos naturales en robots, permitiendo movimientos precisos y múltiples grados de libertad de manera predecible.
En el estudio titulado «Enhancing and Decoding the Performance of Muscle Actuators with Flexures», publicado en Advanced Intelligent Systems en 2024, se introduce una metodología que mejora significativamente la actuación de los músculos esqueléticos utilizados en robots, aumentando el rango de contracción muscular hasta un 500% respecto a valores anteriores. Además, este enfoque permite una medición detallada y precisa de la dinámica de contracción, lo que es crucial para aplicaciones médicas y robóticas.
Ritu Raman, del MIT, explica que las flexuras funcionan como un resorte, maximizando el movimiento que un músculo puede producir de manera natural. Este diseño no solo mejora la eficacia del músculo como actuador, sino que también permite obtener datos cuantitativos sobre la fuerza, el trabajo y la potencia de los músculos, incluso observando cómo se «cansan» a frecuencias más altas, lo que tiene importantes aplicaciones para entender la resistencia muscular y diseñar respuestas para alta resistencia.
La combinación y adaptación de articulaciones flexibles para construir robots precisos y confiables abre nuevas posibilidades para la medicina, como en procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos, y en la vida cotidiana, ofreciendo nuevas perspectivas para el tratamiento y la atención médica de trastornos del sistema musculoesquelético.