El coronavirus comenzó en un mercado de mariscos en Wuhan, China, para luego propagarse alrededor del mundo, con lo que inicialmente se describió como una neumonía atípica. Poco a poco, los gobiernos de los distintos países, vieron con alarma la rápida propagación de la enfermedad que hoy, mantiene en sus casas a casi todos los habitantes de ciudades, comunidades, y poblaciones enteras; se han detenido escuelas, negocios y ha cambiado incluso, la manera de saludarse entre las personas.

Además del impacto económico, político y social que ha representado alrededor del mundo, supone también otros cambios importantes, resulta interesante la manera en que las personas han adoptado la tecnología a sus actividades diarias, un panorama que se vislumbraba desde hace varios años, pero que debido a las circunstancias, se ha “obligado” a los individuos a comprender, adoptar y utilizar aparatos electrónicos de manera casi inevitable.

En México, por ejemplo, muchas personas ponían en duda la efectividad de la educación en línea, aunque varias escuelas impartían sesiones a distancia, la adopción de dicha tecnología, aún parecía encontrarse lejos del alcance de la mayoría. Sin embargo, prácticamente de la noche a la mañana, los estudiantes de nivel medio superior y superior, de escuelas públicas y privadas, se vieron obligados a continuar su educación con clases en línea y los profesores, que pertenecen a otra brecha generacional, también debieron actualizarse, evaluar y adoptar nuevas tecnologías para comunicarse con sus alumnos; pasando por alto las brechas sociales, culturales, tecnológicas y geográficas, ya que no todos los alumnos cuentan con acceso internet, un dispositivo móvil suficiente o bien, un ordenador, sin embargo la situación, exigió la medida como solución.

Lo anterior es importante, porque una vez que esta pandemia logre controlarse, no será posible regresar a un “antes”, el uso de tecnología ha sido clave en su papel y se vislumbra la apuesta por una forma de vida que habría tomado 10 años en adoptarse, pero que ha acelerado su transición en tan solo unos cuantos meses.

Hoy, se ha cerrado en gran medida la brecha tecnológica existente entre la medicina y el software, la conectividad, la telemedicina, las aplicaciones móviles para dispositivos médicos inalámbricos, equipos con bluetooth integrado y todo aquéllo que haga posible ofrecer diagnósticos rápidos, precisos, seguros, confiables y a distancia. Después de todo, esta sociedad y las nuevas generaciones, se han insertado ya, a un mundo que aún parecía un poco lejano y poco confiable; así como los alumnos e instituciones educacionales deberán confiar en los conocimientos adquiridos y proporcionados a sus estudiantes, de igual forma los pacientes deberán confiar en los diagnósticos obtenidos por telemedicina. Ha ocurrido un salto importante en la sociedad, un cambio de hábitos y cultura, se ha visto que es posible hacer una vida por vía remota y la salud, no es un rubro exento de este cambio social. Sin duda los fabricantes de dispositivos médicos, también tendrán una labor importante para la adopción de nuevas tecnologías, porque sin duda, el mundo ya cambió, y debemos actualizarnos para dar respuesta a las nuevas necesidades en salud, que las condiciones exigen.

Por: Dalia Solano

Fuente:

Platzi.
Cómo el COVID-19 cambiará el mundo.