Los trastornos del oído son considerados un problema de salud pública, así pues, la audiología es una rama de la ciencia que estudia diversas patologías relacionadas con el oído.
Durante el proceso de la audición el sonido es convertido a una serie de impulsos nerviosos. El sonido no solo es un proceso físico, sino también mental, ya que está relacionado directamente con el cerebro.
De acuerdo con algunos estudios realizados en la Ciudad de México y zona metropolitana, 70% de la población mayor de 60 años tiene algún nivel de pérdida auditiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que en 2015 había 700 millones de personas con alguna discapacidad en el oído y estima que para 2025 podría subir a 900 millones de personas.
La tecnología acompaña a una evolución de los dispositivos médicos creados para mejorar la calidad de vida de las personas con padecimientos auditivos, ya que la mayoría reporta una disminución en sus interacciones sociales como resultado de no lograr escuchar de manera correcta. Además, en el contexto de salud actual por coronavirus, las personas que se auxiliaban leyendo los labios de sus interlocutores, no logran hacerlo debido al cubrebocas y caretas, aumentando el aislamiento por motivos de audición.
El uso de la inteligencia artificial ya incide en muchas áreas de nuestra vida, ahora, parece haber llegado para revolucionar también el sector de aparatos auditivos.
Los dispositivos médicos que utilizan IA, están diseñados para funcionar como lo hace el cerebro humano, pues “aprenden” de él, a través de la experiencia, además aumenta el sonido existente hasta en un 30% lo que facilita también las funciones del cerebro, fortaleciendo sus funciones para “dar sentido” al sonido.
Estos aparatos cambian la vida de las personas con problemas de audición, ayudando en todo tipo de pérdida auditiva, sin importar edad o estilo de vida. Además, son cada vez más discretos y cómodos. Cuentan también con la posibilidad de ser conectados de manera inalámbrica a dispositivos electrónicos y móviles, así que los pacientes pueden recibir llamadas, ver TV o escuchar música a través del equipo. El tiempo de carga es suficiente para utilizarse el día completo.
Es el caso de Oticon, el primer audífono del mundo con una red neuronal profunda (DNN) integrada en el chip. El DNN está entrenado en 12 millones de sonidos de la vida real para brindarle a su cerebro más información que necesita para descifrar los intrincados detalles de los sonidos relevantes.
Sin duda la inteligencia artificial y los dispositivos médicos contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas y hoy como nunca, vivimos una nueva era en salud y tecnología médica.