La enfermedad de Alzheimer, una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes, conduce a una pérdida progresiva de la memoria y la autonomía del paciente.

El Alzheimer es una enfermedad que afecta a aproximadamente 44 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la acumulación de proteínas neurotóxicas en el cerebro, placas amiloides y ovillos tau. Debido al desarrollo silencioso de la patología durante décadas, el diagnóstico muy precoz es de suma importancia para poder actuar lo antes posible en el proceso de la enfermedad. No hay una evaluación única que determine que una persona tiene Alzheimer. Si bien los médicos casi siempre pueden determinar si una persona tiene demencia, puede ser difícil determinar la causa precisa.  El médico necesitará examinar escáneres cerebrales y realizar una serie de preguntas tanto a la persona que experimenta los síntomas como a un familiar o amigo cercano para conocer la etiología de la enfermedad: problemas médicos anteriores, capacidad para realizar las actividades diarias, cambios en el comportamiento y la personalidad. También se realizan pruebas de memoria, resolución de problemas, atención, conteo y lenguaje; pruebas de sangre, orina y otros exámenes médicos estándar que puedan ayudar a identificar otras posibles causas del problema.

En la actualidad, las pruebas para realizar un diagnóstico certero sobre el Alzheimer pueden ser difíciles, sobre todo cuando existen otros padecimientos tales como la Demencia Senil, que causan síntomas similares. De ahí la necesidad de contar con un método que sea capaz de diagnosticar esta enfermedad sin error. El gran cambio de paradigma en los últimos años fue consecuencia de descubrir que el depósito amiloideo se presenta hasta veinte años antes, y la degeneración neurofibrilar hasta diez años antes de que aparezca la sintomatología clínica típica de pérdida de memoria. 

La acumulación patológica de proteínas amiloides (aquellas que se encargan de formar varias placas en el cerebro) y TAU (proteínas que forman una especie de “nudos” al interior de las neuronas) son las principales involucradas en la enfermedad de Alzheimer. 

El uso de radiofármacos basados en amiloide en PET fue publicado hace diecisiete años, pero la Tau-PET es actual. Tau es una proteína crítica, abundante en las neuronas del sistema nervioso central, que juega un papel importante en el mantenimiento de los microtúbulos al unirse a la tubulina en los axones.

Actualmente existen tres biomarcadores centrales para EA en LCR, incluidos en varias guías y recomendaciones de investigación, a saber: beta-amiloide 42 (Aβ1-42), tau total (t-tau), y tau fosforilada en treonina 181 (p-tau).

Tau-PET es un método de imagen innovador pero emergente para el diagnóstico, ya que puede predecir el deterioro cognitivo en pacientes, con una precisión superior en comparación con las técnicas de imagen convencionales. Estos hallazgos respaldan la rápida integración de tau-PET en la práctica clínica para proporcionar intervenciones tempranas e individualizadas para los pacientes. En este momento, en medicina nuclear se emplea el PET-amiloide para el diagnóstico de la enfermedad de alzheimer.  La PET-amiloide parece ser más sensible en fases tempranas, además, como tiene un mayor recorrido, podría tener más relevancia para los clínicos que la PET-tau.

Tau se desarrolla en las fases tardías del Alzheimer; abarca desde los lóbulos temporales y se expande a otras regiones cerebrales. Una vez llegado a esto, es cuando el paciente experimenta los síntomas graves de la enfermedad y, al realizarle estudios, se encuentran con el nivel de la proteína tau tan elevado que irremediablemente se está ante un cuadro de Alzheimer avanzado.

Con la integración del biomarcador de la proteína Tau en la realización del PET se puede determinar la presencia del Alzheimer con una precisión de entre el 90-95% de los casos. El método tau-PET ha superado con creces a otros métodos, como la resonancia magnética e incluso al PET de beta amiloide.

Si fuera posible diagnosticar Alzheimer en etapas tempranas (antes de los 65 años), los pacientes se podrían beneficiar del uso de biomarcadores, ya que tendrían menos anosognosia o falta de conciencia de la enfermedad, y mayor inquietud en cuanto a su diagnóstico. Además, el paciente se encontraría en etapas productivas y el diagnóstico le permitiría tomar decisiones de vida, considerando también que el diagnóstico puede tener implicancias genéticas para el resto de la familia.

Por: Dalia Solano

Fuentes:

Medicina
Biomarcadores de enfermedad de Alzheimer

Grupo Scanner Vizcaya
La tomografía por emisión de positrones permite ver las acumulaciones de la proteína tau causante del alzheimer en pacientes que están vivos

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Proteína Tau: La clave para detectar Alzheimer con precisión