En los últimos tiempos, el mercado global de bioadhesivos ha evolucionado significativamente debido a la evolución de técnicas y conocimientos.

Los sistemas bioadhesivos se refieren a la capacidad de entrar en estrecho contacto con el sustrato biológico. Cuando la superficie biológica es el tejido mucoso, el sistema se denomina mucoadhesivo.

Los sistemas de respuesta térmica muestran un cambio físico-químico significativo en respuesta a las modificaciones de temperatura. El desarrollo de mezclas compuestas por polímeros termosensibles bioadhesivos proporcionan nuevos sistemas terapéuticos nanoestructurados. Hoy en día, las personas son conscientes de los beneficios que suponen los bioadhesivos, no sólo en términos medioambientales, sino también sanitarios, los bioadhesivos se han vuelto cada vez más populares. El mercado mundial de bioadhesivos se estimó en $3 mil millones de dólares en 2013 (según marketsandmarkets.com) y se espera que éste alcance los $6 mil millones de dólares en 2019. Las regiones principales del mercado de bioadhesivos se encuentran en Europa, América del Norte y Asia-Pacífico, que exhiben un alto potencial de desarrollo.

Hasta ahora, el mayor reto se encontró en las características fisiológicas del moco gastrointestinal. En lugar de ser sólo adhesivos, los polímeros mucoadhesivos pueden, por tanto, considerarse como una nueva clase de macromoléculas multifuncionales con una serie de propiedades deseables para su uso como adyuvantes de administración de fármacos biológicamente activos.

El año pasado, los ingenieros del MIT desarrollaron un adhesivo de doble cara que puede adherirse rápida y firmemente a superficies húmedas como tejidos biológicos. Demostraron que la cinta podría usarse para sellar rasgaduras y desgarros en pulmones e intestinos en segundos, o para colocar implantes y otros dispositivos médicos en las superficies de órganos como el corazón.

Adicionalmente, el adhesivo puede desprenderse del tejido subyacente sin causar ningún tipo de daño. Se ha trabajado en una nueva versión para que al aplicar una solución líquida, pueda despegarse como un gel resbaladizo en caso de que deba ajustarse durante la cirugía, o bien, por si debe retirarse una vez que el tejido haya cicatrizado.

El equipo de investigadores diseñó su propio adhesivo con polímeros biocompatibles, con el fin de evitar el deslizamiento natural del tejido. Se añadió un material absorbente similar al que se usa comúnmente en los pañales y productos farmacéuticos, así absorbe agua y se forman enlaces de hidrógeno débiles con la superficie del tejido. Para lograr que el adhesivo se desprenda, el equipo añadió una nueva molécula enlazadora de disulfuro, que se puede colocar entre enlaces covalentes con las proteínas de la superficie de un tejido. El equipo decidió sintetizar esta molécula en particular porque sus enlaces, aunque fuertes, pueden romperse fácilmente si se exponen a un agente reductor en particular.

Luego se investigó una sustancia reductora que fuera compatible para despegar el adhesivo. Hoy, podemos estar seguros de que ha iniciado una revolución para el “cierre de heridas”. El objetivo, es utilizar tecnologías bioadhesivas para reemplazar las suturas, tecnología que lleva miles de años sin demasiada innovación.

Por: Dalia Solano Gutiérrez.

Fuentes:

MIT
Super-strong surgical tape detaches on demand.

Science Direct
Bioadhesive

PubMed
Bioadhesion technologies for the delivery of peptide and protein drugs to the gastrointestinal tract