La obesidad es una enfermedad que afecta a gran parte de la población a nivel mundial. Las causas de este padecimiento son diversas: aspectos sociales, estilos de vida, factores psicológicos, médicos, entre otros. La obesidad se presenta en distintos grados, determinados por el índice de masa corporal en los individuos y puede poner el riesgo la vida del paciente.
Cuando las personas han intentado todo: dietas, ejercicio, medicina alternativa, entre otros métodos, suelen sentirse deprimidos y desanimados. Sin embargo, es importante que la obesidad se visualice como cualquier otra enfermedad, tenemos como ejemplo a las personas que sufren diabetes o hipertensión, mismas que buscan ayuda médica como primer paso como beneficio para su salud y no se aíslan en casa sin recibir ayuda, es importante acudir al médico para mejorar la calidad de vida.
La obesidad es causa de infartos, diabetes, apnea de sueño, hipertensión, disfunción sexual, entre muchos otros padecimientos que se vuelven crónicos y son el resultado de un tratamiento inadecuado por parte de los pacientes, quienes por considerar que es su responsabilidad y culpa, deciden no ir al médico, un estigma que es imperativo cambiar.
Hoy en día, la medicina bariátrica constituye uno de los métodos más eficaces para perder exceso de peso, existen nuevos tratamientos que de manera integral que buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes. Tal es el caso del balón gástrico, cuando el paciente cuenta con un índice de masa corporal entre 28 y 35, su médico bariatra, puede recomendar el uso de este dispositivo.
A diferencia del balón intragástrico que era colocado por endoscopia, el balón gástrico ingerible, es una cápsula que el paciente traga y una vez en el estómago se llena de una solución hasta adquirir un volumen de 550-600cc. La sencillez de la técnica de colocación hace que se pueda llevar a cabo de forma ambulatoria y que no se requiera sedación por lo que el paciente, tras la verificación de la colocación del balón en la cavidad gástrica, puede regresar a sus actividades cotidianas.
El balón, al ocupar el estómago de forma parcial, produce una disminución de la sensación de hambre. Esta sensación ayuda al cumplimiento de la dieta, así como al cambio en los hábitos alimenticios que, bajo supervisión médica, el paciente debe seguir tras la colocación del dispositivo.
El balón dura 4 meses dentro del paciente, transcurrido ese tiempo, el balón por sí solo, se degrada y se desecha a través de las heces.
El paciente perderá alrededor de 10kg, es común que al inicio del tratamiento se manifiesten algunas molestia como náuseas o vómito, mientras el estómago, se acostumbra al balón. Es un dispositivo de bajo riesgo, pero no debe usarse en pacientes con una cirugía bariátrica o gastrointestinal previa, una enfermedad inflamatoria intestinal, una hernia hiatal grande, síntomas de vaciamiento gástrico retardado o una infección por la bacteria H. Pylori activa, o pacientes que toman aspirina diariamente o están embarazadas.