Tres pacientes parapléjicos que sufrieron accidentes en moto volvieron a ponerse de pie y dar algunos pasos con asistencia de una andadera un día después que les realizaron implantes electrónicos en la médula espinal.
Los tres perdieron la capacidad de mover sus extremidades inferiores y el tronco luego que tuvieran una lesión de sección completa en la médula, es decir, que tuvieron un corte completo de ésta.
La paraplejía es una enfermedad por la cual la parte inferior del cuerpo queda paralizada y carece de funcionalidad. Normalmente es resultado de una lesión medular o de una enfermedad congénita como la espina bífida.
Las personas con paraplejia deben afrontar cambios repentinos en el cuerpo y la corporalidad que producen dependencia para realizar las actividades cotidianas, alteran la imagen corporal, reducen la interacción social y crean un sentimiento de pérdida de control y de alteración en la integridad del ser.
Los cambios en la corporalidad afectan la existencia de las personas de una manera particular, comprometen la intimidad, la relación con otros y con el mundo, por lo que es importante comprender el impacto que tiene la paraplejia en la percepción de la corporalidad. Las personas con paraplejia relacionan la condición actual con experiencias previas y con los patrones culturales donde se estigmatiza la discapacidad, lo cual afecta la imagen corporal, la interacción social y el sentido de coherencia del ser.
“Uno de los problemas más añejos que tenemos en la neurología corresponde a lo que se denomina lesiones medulares; éstas se dan cuando una persona tiene un accidente. La médula está compuesta por una serie de axones que son responsables de llevar la información a nuestras piernas y recoger la información de nuestra sensibilidad en las extremidades” dijo Víctor Manuel Rodríguez Molina, investigador del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, asegura que este hecho es muy importante y ha causado gran revuelo en la comunidad médica y científica.
Esta tecnología estimula directamente la médula espinal a través de un chip o una serie de electrodos. Dicha información normalmente la envía el cerebro, responsable de transmitirla a nuestros músculos. En este caso, por la ruptura de la médula, se interrumpió este camino; por ello, se implantó una serie de electrodos a nivel epidural en una cubierta que tiene la médula por fuera. Estos electrodos están conectados a su vez a una pila, un dispositivo que mandará señales de tipo eléctrico.
Se puede ir controlando cómo se quieren ir estimulando los músculos a través de un software que se puede conectar por bluetooth; es decir, el propio paciente a través de una aplicación puede enviar los pulsos a sus piernas, no necesita alguien más controlando eso. Puede establecer el comando para ponerse de pie, caminar, bajar escaleras e, incluso, se hicieron pruebas de andar en bicicleta o hasta usar remos.
El trabajo cuenta con el grado de madurez suficiente para que tenga una muestra más grande. En Estados Unidos ya está en fase de estudio novedoso que es una fase previa a que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) pueda aprobarlo como tratamiento. Se piensa que no tardará mucho tiempo en que esta tecnología pueda utilizarse y sea accesible para más personas.