El daño evitable al paciente, es un problema importante en la atención médica moderna.
Problemas, negligencias, errores, ataques informáticos. Los dispositivos médicos están expuestos a las mismas amenazas que cualquier otro artilugio tecnológico, con una crucial diferencia: cualquier fallo, por pequeño que parezca, puede terminar en tragedia.
Hoy en día los fabricantes de dispositivos médicos, se enfocan en desarrollar entornos de software más intuitivos para los equipos. La finalidad es que el paciente quien generalmente se encuentra en casa y sus cuidadores, puedan hacer uso del equipo de manera correcta. Investigaciones muestran interesantes preferencias por aquellos dispositivos más tecnológicos o estéticamente atractivos pero simples de usar, aún cuando su uso sea más complejo y el margen de error pueda ser considerablemente más alto, tras varias pruebas.
Un entorno de software confuso, incrementará la posibilidad de error, pero un software bien planeado, mejora la experiencia del paciente, promoviendo la adherencia, mejorando el resultado del tratamiento, la motivación y, en última instancia, aumentará la lealtad al producto.
La precisión y la fiabilidad son fundamentales para las prestaciones de un dispositivo médico. Si el diseño del software es muy complejo, puede ocasionar frustración e incluso negación en el paciente. Un buen proveedor dedicará cierto tiempo a comprender los requisitos de la aplicación y a hacer recomendaciones sobre la mejor forma de integrar su componente. El tamaño es otro factor clave en el diseño de un dispositivo médico. Durante los últimos años se ha puesto un gran énfasis en las intervenciones mínimamente invasivas.
El software y el diseño del entorno para configurar un nuevo dispositivo médico, es fundamental. Cualquier fallo, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Las aplicaciones móviles pueden ayudar a las personas a administrar su propia salud y bienestar, promover una vida saludable y obtener acceso a información útil cuando y donde la necesiten. Estas herramientas se están adoptando casi tan rápido como se pueden desarrollar. Según estimaciones de la industria, en 2017, 325,000 aplicaciones de atención médica estaban disponibles en teléfonos inteligentes, lo que equivale a 3.700 millones de descargas de aplicaciones de salud móvil esperadas ese año por usuarios de teléfonos inteligentes en todo el mundo. Los usuarios incluyen profesionales de la salud, consumidores y pacientes.
Las aplicaciones móviles son programas de software que se ejecutan en teléfonos inteligentes y otros dispositivos de comunicación móvil. También pueden ser accesorios que se conectan a un teléfono inteligente u otros dispositivos de comunicación móvil, o una combinación de accesorios y software.
Las aplicaciones médicas móviles, son dispositivos que cumplen la definición de dispositivo médico y son un accesorio regulado o transforman una plataforma móvil en un dispositivo médico regulado.
Es importante que el software, sea tan intuitivo, que disminuya la posibilidad de error, ya que los métodos de aprendizaje inicial identificados con mayor frecuencia, fueron ensayo y error (autoaprendizaje) y lectura del manual de instrucciones del usuario. Al menos el 90% de los encuestados indicaron que cuando conocieron el dispositivo por primera vez, aprendieron a utilizar su propósito y función. Según una encuesta realizada para el personal de enfermería que atendía 500 camas, el uso de dispositivos médicos hace que más del 75% del personal se sienta estresado, cuando éste, resulta complejo. El 11% había utilizado un dispositivo médico que había dañado a un paciente.
Los usuarios, prefieren equipos con diseños tecnológicos, a la vanguardia y compatibles con el teléfono móvil. El desarrollo del software, juega un papel fundamental en los nuevos equipos médicos. Cerrar la brecha entre tecnología y fabricación, es el reto al que hoy en día, se enfrentan los fabricantes de dispositivos médicos.